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Cada 15 segundos, en algún lugar del mundo, un trabajador muere a causa de un accidente de trabajo o enfermedad, y 160 tienen un accidente de trabajo. Cada día, 6.300 personas mueren como consecuencia de accidentes de trabajo o enfermedades relacionadas con el trabajo, lo que equivale a más de 2,3 millones de muertes al año. La carga económica de las malas prácticas de seguridad y salud en el trabajo se estima en el 4% del Producto Interior Bruto mundial cada año.
Hoy en día, los mejores fabricantes se han dado cuenta de que la combinación del comportamiento de los empleados, los procesos y los procedimientos, y la implementación de la tecnología les permite alcanzar entre un 5 y un 7% más de OEE (Overall Equipment Effectiveness o Eficiencia General de los Equipos), entre un 2 y 4% menos de tiempo de inactividad no programado y menos de la mitad de la tasa promedio de lesiones de los trabajadores. Estos fabricantes comparten las mejores prácticas en torno a tres cuestiones básicas: cultura (comportamiento), cumplimiento (procedimiento) y capital (técnico):
Cultura - La cultura de seguridad representa el comportamiento de la empresa y de los trabajadores. La cultura de seguridad generalmente es indicativa de una cultura más amplia de la empresa. Los empleados que son transparentes, responsables y buscan la mejora continua en materia de seguridad llevarán esas cualidades al resto de su trabajo, en beneficio de la empresa, ayudando a mejorar la moral de los empleados y a atraer a los trabajadores de calidad, que se incorporarán a la fuerte cultura de la empresa.
Cumplimiento – El cumplimiento de seguridad representa los procedimientos de la compañía. Los departamentos de Medio Ambiente, Salud y Seguridad e Ingeniería deben colaborar en cultura (EH&S), cumplimiento (tanto EH&S como Ingeniería) y capital (Ingeniería). Como mínimo, una empresa debe tener estándares funcionales de seguridad en el lugar en el que han sido acordados por Ingeniería, EH&S, Operaciones y Mantenimiento. Las empresas también deben hacer cumplir las prácticas de seguridad a los proveedores, ya que los accidentes de trabajo se pueden prevenir y los trabajadores maltratados influyen cada vez más en las interrupciones de la cadena de suministro y representan un riesgo para la reputación sustancial de la marca.
Capital – El capital de seguridad representa la tecnología de la empresa, de vital importancia para la seguridad y la productividad. Los estudios muestran que el 74% de los mejores fabricantes utilizan las tecnologías de seguridad integradas para mejorar los diagnósticos y reducir el tiempo de inactividad no programado. Las soluciones integradas se pueden conectar a todos los sistemas de información de la planta, ofreciendo a los operadores de planta visibilidad de métricas como informes de tiempo de inactividad o eficiencia de la maquinaria y la línea.
Mientras muchas compañías se centran exclusivamente en el procedimiento y la cultura –que también son críticas–, a menudo pasan por alto la importancia de la tecnología de seguridad para mantener la seguridad de los trabajadores y mejorar la productividad. La media de los trabajadores sacrifica la productividad para lograr un ambiente de trabajo seguro, mientras que los mejores utilizan la tecnología de seguridad para mejorar ambos.
Para apoyar esta visión holística e integral de la seguridad, Rockwell Automation ha introducido el Índice de Madurez de la Seguridad™ (Safety Maturity Index o SMI). Se trata de una medición completa de las realizaciones en la cultura, los procesos y los procedimientos de cumplimiento de seguridad, y las inversiones de capital en tecnologías de seguridad. Ayuda a las empresas a entender su grado actual de rendimiento y las medidas que pueden implementar para mejorar la seguridad y la rentabilidad.
El SMI ayuda a que los fabricantes den visibilidad a sus programas de seguridad y tengan capacidad de optimizarlos. Puede ayudar a una organización a medir y evaluar su programa de seguridad frente a los tres pilares fundamentales (cultura, cumplimiento y capital) en una escala de uno a cuatro.
Esta escala va de los fabricantes "que minimizan la inversión", a los que "logran el cumplimiento", pasando por “los que evitan costes” y los que “obtienen la excelencia operativa”.
• SMI 1: Reducción al mínimo de la inversión - Para los fabricantes que entran en esta categoría, el rendimiento de la producción y la reducción de costes son las principales prioridades. Es posible que haya altas tasas de incidentes, grandes costes de seguros, multas y/o quejas de los empleados a las agencias gubernamentales.
• SMI 2: Lograr el cumplimiento - Para estos fabricantes, la seguridad es fundamental, pero el cumplimiento mínimo es la parte más importante de su programa de seguridad. A menudo utilizan tecnologías de seguridad como relés, que separan la seguridad del núcleo u operaciones de maquinaria estándar.
• SMI 3: Reducir costes - Estas compañías consideran la seguridad una prioridad, pero no necesariamente un valor verdadero. La mayoría de los incidentes de seguridad se informan adecuadamente, pero algunos pueden ser descubiertos después de los hechos. Han establecido los procesos de cumplimiento, pero se pueden aplicar de manera inconsistente. La salvaguarda de las tecnologías se utiliza como un suplemento al sistema de control estándar. La seguridad es el objetivo, en lugar de la excelencia operativa.
• SMI 4: La excelencia operativa - Para estos fabricantes, la seguridad se considera vital para la salud de la empresa y sus empleados. La seguridad es un valor inherente, y todo el mundo tiene que rendir cuentas y voluntariamente aceptar su responsabilidad y la seguridad de sus compañeros de trabajo. Los procesos de cumplimiento están claramente definidos, e incluso los proveedores deben cumplir con las normas de seguridad requeridas. La compañía lleva a cabo evaluaciones de riesgo exhaustivas, sigue el Ciclo de Vida Funcional de la Seguridad, y utiliza tecnologías avanzadas para mejorar la seguridad de los trabajadores y la OEE.
¿Dónde se encuentra tu empresa en esta escala? Puedes consultar nuestra herramienta de evaluación SMI si quieres saber más al respecto.
Publicado 28 de abril de 2016