La industria farmacéutica, también llamada ciencias de la vida, mantuvo un ritmo vertiginoso en los últimos meses, y mientras muchas compañías buscan adaptarse, hay otras como Eli Lilly and Company, que hace diez años empezó con un proceso de converger sus organizaciones de tecnología de la información (TI) y tecnología operativa (TO) para crear operaciones de producción más inteligentes.
Este ha sido el elemento central del viaje de transformación digital de la empresa con presencia en 120 países y sede en Indianápolis. Una sólida asociación respalda las operaciones de fabricación y calidad con un propósito compartido: "producir medicamentos que salvan vidas con la seguridad primero y la calidad siempre".
Ese camino comenzó en las décadas de 1980 y 1990 cuando TI y TO comenzaron a expandirse y superponerse. A inicios de la década de 2000, la empresa experimentó incidentes derivados directamente de estos conflictos, lo que provocó que se detuviera la producción algunas veces y sobrecostos en la implementación de soluciones.
Fue entonces cuando los líderes de ingeniería se unieron al equipo líder de TI, mientras que los directores senior de TI se alinearon con los directores senior de ingeniería. TI también asumió la responsabilidad de proporcionar servicios de red de fabricación y soporte de servidor, mientras que la ingeniería asumió la responsabilidad de áreas como el software y la lógica de control de procesos.
"En los últimos 10 a 15 años hemos comenzado a asociarnos, ya sea en proyectos de gestión del ciclo de vida y actualizaciones, o en la identificación de nuevas tecnologías y nuevos lugares donde queremos avanzar", explica Dave Sternasty, vicepresidente de ingeniería corporativa y salud, seguridad y medio ambiente global (HSE) de Eli Lilly, quien califica este paso como la clave del éxito.
Los beneficios de esta sinergia entre TI y TO los viene cosechando la empresa desde principios de la década de 2010. Por ejemplo, ambas áreas colaboraron para comprender los riesgos de ciberseguridad industrial, y desarrollar un plan para mitigar los riesgos inmediatos y una estrategia continua para contar con la mejor protección disponible.
Asimismo, ayuda a impulsar el programa de serialización global de la compañía, que administra una solución global para proporcionar la trazabilidad exigida por las normativas para todas las unidades de producto final. Como señala Karen Harris, vicepresidenta y directora de información, fabricación y calidad de Eli Lilly, están “buscando formas de aprovechar esos datos y convertirlos en información para tomar mejores decisiones”.
A su vez, la empresa también viene modernizando su arquitectura de datos y análisis. Esto implica incorporar la nube, edge storage e Internet de las cosas industrial (IIoT). Sternasty explica que estas implementaciones le permiten tener información suficiente como para tomar decisiones tanto en las plantas como en los laboratorios.
Siguiente paso
La proyección de la compañía Eli Lilly es que le tomará al menos 10 años realizar la transformación digital en sus principales locales. Esto incluye el objetivo ambicioso de tener la capacidad de cumplir con la visión de una planta predictiva para el 2023.
Para ayudar con las implementaciones de tecnología tanto a nivel estratégico como de ejecución, la empresa contrata a socios claves como son Rockwell Automation, Microsoft y otros. También se centra en la contratación y el desarrollo de trabajadores con excelentes habilidades digitales. Y, por supuesto, continuar desarrollando y construyendo sobre la sólida asociación entre TI y TO seguirá siendo fundamental para la transformación digital de la empresa.
"Hemos tenido esta relación durante años, y se alinea con nuestro enfoque más amplio de Equipo Lilly, donde creemos que son los equipos y las relaciones multifuncionales los que realmente impulsan el éxito. Y es ese trabajo en equipo lo que nos ayuda a avanzar en nuestra agenda”, afirma Harris.