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Gran parte de lo que actualmente se considera sabiduría convencional en fabricación inteligente se remonta a un trabajo que comenzó hace décadas, y que sigue transfigurando y dando forma al futuro de la fabricación avanzada.
El avance más rápido de este trabajo tuvo lugar cuando, a través de conectividad y software, pudimos unir miles de puntos de luz, que funcionaban en paralelo pero no juntos, en un solo haz muy similar a un láser. El resultado de la colaboración es una mayor productividad de los fabricantes de todo el mundo.
Los pioneros rara vez imaginan la influencia que tendrá su trabajo hasta que miran atrás con la claridad y perspectiva del presente y examinan la trayectoria y el potencial del futuro.
Hace años, cuando acuñé el término «The Connected Enterprise®», no me di cuenta de la función que este esfuerzo tendría en la cuarta revolución industrial ni de nuestra capacidad para encontrar valor en las difusas líneas entre el mundo físico y el mundo digital.
La frase encarnaba simplemente lo que oía a los clientes acerca de sus necesidades: dispositivos conectados que abren nuevas ventanas de visibilidad en los procesos, datos y análisis que facilitan una toma de decisiones mejor y más rápida.
Nuestra solución, y la manera de lograr esos objetivos, consistió en conectar a las personas, los procesos y las tecnologías sin fisuras a través de The Connected Enterprise®.
No hay respuestas fáciles
Lo que acabo de comentar parece sencillo, pero no es fácil. Es el resultado de décadas de plantearnos preguntas complejas y escuchar respuestas a veces difíciles e inesperadas. Pero es en esos casos cuando todos aprendemos mucho más.
Y las conversaciones son cada vez más intrigantes y desafiantes. Debido a la unión de los mundos de la tecnología de operaciones (OT) y de la tecnología de la información (IT), muchas veces trabajo con expertos en un área que no conocen en absoluto la otra cara de la moneda.
Y en este espacio es donde encontramos las mayores oportunidades para marcar la diferencia.
El orgullo de colaborar
Cuando hablo de «nosotros», me refiero al valor que las instituciones académicas aportan al trabajo y a las innovaciones.
Colaboramos con instituciones académicas porque la industria necesita información más detallada y una mayor influencia sobre las materias que aprenden los alumnos y los descubrimientos que hacen, así como sobre las expectativas de estos trabajadores del futuro respecto a una carrera profesional en fabricación inteligente. Las instituciones académicas necesitan más información sobre las aplicaciones en el mundo real a fin de asegurarse de preparar a los alumnos para lo que está ocurriendo ahora y para lo que posiblemente ocurrirá en el futuro.
Es en el punto de encuentro entre estos dos mundos donde nace la innovación.
El premio reconoce décadas de investigación
Recibir la Medalla de Fabricantes M. Eugene Merchant 2019 de ASME/SME es un honor aún mayor porque fui nominado por un cliente que es un líder ideológico en esta materia. El premio confirma que nuestros clientes aprecian nuestro trabajo y la manera en que les ayudamos a lograr sus objetivos.
Si bien esta placa muestra mi nombre, el reconocimiento no es solo a mi trabajo. Soy el embajador de nuestra empresa y represento a la gente más innovadora y más inteligente de nuestra industria.
Nos encontramos de nuevo en medio de un gran cambio. La fabricación tal como la conocemos será muy diferente en solo unos pocos años, y está surgiendo una nueva generación que aprovechará la tecnología para mejorar drásticamente la productividad y para crear trabajos significativos, en los que las personas y las máquinas colaboren estrechamente para hacer cosas que jamás habríamos imaginado.
Juntos, vamos a expandir las posibilidades humanas.
Publicado 1 de octubre de 2019