Prensa Libre es un periódico de Guatemala que en 2016 alcanzó cerca de 4 millones de lectores diarios (entre ejemplares impresos, usuarios digitales y seguidores en redes sociales). El matutino cuenta con un equipo de impresión Harris N800, que produce 45 mil ejemplares por hora; este equipo es supervisado por un sistema de control que recientemente fue actualizado a la plataforma ControlLogix a fin de optimizar sus prestaciones y evitar posibles fallas en su operación diaria.
Bajo el lema “Un periodismo independiente, honrado y digno”, Prensa Libre fue fundado el 20 de agosto de 1951 y en la actualidad pertenece a Casa Editora Prensa Libre S.A., consorcio guatemalteco con 67 años de presencia en el rubro de las comunicaciones.
A través de sus contenidos y su difusión nacional (con un tiraje cercano a los 100 mil ejemplares diarios), el tabloide ha buscado colaborar con el desarrollo del país a través de proyectos educativos, espacios comunitarios y apoyo a actividades deportivas y culturales que extienden las oportunidades de desarrollo a todos los guatemaltecos.
Entre sus logros editoriales, destacan los premios internacionales otorgados por la Universidad de Navarra, Pamplona (España) y por la Society for News Design de Orlando, Florida (Estados Unidos).
Además, el periódico cuenta con varias acreditaciones, entre las que destacan formar parte de International Newspaper Color Quality Club (2010); ser el primer periódico en América en obtener la Certificación ISO 12647-3 WAN IFRA por “su calidad de impresión”; recertificación ISO 12,647-3 y alcanzar 6 estrellas por la “excepcional calidad impresa”; y obtener el Certificate of Qualification G7 Master por las “mejores prácticas de impresión” (2017).
“Actualmente, operamos con dos prensas rotativas para imprimir los periódicos; una de estas es una Harris N800, la máquina más grande que tenemos hoy, ya que produce 64 páginas de un solo tiro y 45 mil ejemplares por hora”, explica Byron Meléndez, jefe de Mantenimiento en Prensa Libre.
El sistema de control que supervisa esta imprenta contaba con un PLC 5 Allen-Bradley y el objetivo de la compañía era actualizar dicha tecnología, aclara el profesional. “Hace 15 años cuando instalamos dicha aplicación, constituía un producto absolutamente de vanguardia para la época; el problema es que hoy en día las piezas de este PLC están quedando obsoletas. Por tal motivo, nos vimos en la necesidad de hacer un upgrade”, aclara Meléndez.
“Al ser la máquina que tiene mayor capacidad de producción, no podíamos arriesgarnos a que nos falle en ningún momento; por lo tanto, necesitábamos contar con soporte de repuestos de manera permanente y segura”, añade.