La actividad minera en muchos países del mundo es uno de los principales sectores que empuja la economía y habitualmente está en constante vigilancia por la gestión del consumo de agua y el tratamiento de los relaves.
Sabemos que el primero es fundamental para el proceso de producción y el segundo debe ser tratado de manera muy segura para evitar eventos críticos no deseados.
¿Se pueden lograr eficiencias en ambos procesos? ¿Permiten nuevas tecnologías habilitar mejoras operacionales?
Actualmente, un buen número de empresas mineras en diversos países están implementando análisis de fallas y revisiones de seguridad, cumpliendo protocolos y sistemas de gobernanza.
Para tener un ejemplo, la reutilización y eficiencia en la recirculación y nuevas metodologías de obtención como el uso de agua de mar, desalada y sin desalar, es un caso concreto de éxito que ya se vive en Chile.
Según informa José Beas, director regional Cono Sur de Rockwell Automation, en el manejo de los relaves nos encontramos con un proceso evolutivo interesante donde se cruzan aspectos tecnológicos, operacionales y sociales importantes. Existen posibilidades de reprocesamiento de relaves (reutilizar gran parte de esa agua tratada), manejo más eficiente para reducir el consumo de agua y tecnologías enfocadas en monitoreo de estabilidad física entre otras iniciativas colaborativas concretas en Latinoamérica para lograr un manejo sustentable de esta parte del proceso de producción de minerales.
Tanto en el manejo de agua como la gestión de relaves, la intensidad en el consumo de energía como también la importancia en la disponibilidad de equipamiento representan un desafío concreto. Rodrigo Díaz, gerente de desarrollo de negocios EPC de Rockwell Automation, explica que Rockwell Automation posee un porfolio tecnológico avanzado para soportar este tipo de aplicaciones, incluidas tecnológicas probadas con las cuales han desarrollado proyectos exitosos.
Díaz resalta el uso de variadores de frecuencia para el arranque de cada bomba, lo que permite una gran ventaja al ahorrar energía. El uso de estos variadores ayuda a regular el flujo de un sistema de bombeo, ya que la función de regulación puede ser ajustada con mucha precisión. Un variador puede cambiar totalmente la velocidad de una bomba, lo que permite obtener un amplio control del flujo. Estos accionamientos son unos de los mayores protagonistas de la automatización y el control en la industria minera. En estos tiempos, es posible encontrar Variadores de Frecuencia (VDF) operando en aplicaciones de correas transportadoras, motores eléctricos, chancadores, bombas, ventiladores y molinos, entre otros.
También es importante describir una solución para el arranque de sistemas de bombeo denominado “Transferencia Sincrónica Multi-motor”.