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De todas las ventajas que Connected Enterprise ofrece a los fabricantes, la más importante es la mejora en gestión de riesgos y en la continuidad comercial.
Las tecnologías del Internet de las cosas (IoT) ayudan a la dirección a asegurar los activos, los sistemas y a proteger a los empleados de la empresa.
De este modo, cuando aparecen problemas, se ponen inmediatamente en marcha acciones preventivas y se implementan soluciones a largo plazo de un modo rápido y rentable.
Mejora de la seguridad
Según nuestra experiencia, los directivos que están considerando el despliegue de una Connected Enterprise a veces se muestran preocupados por la posibilidad de que aumente el riesgo de ciberataques. Nada más lejos de la realidad.
¿Por qué? Porque, actualmente, en las plantas muchos fabricantes, ya existen controles y sensores antiguos que envían datos a sistemas de tecnología de operaciones (OT) que no están protegidos, muchos de los cuales no cumplen los protocolos de seguridad de Internet actuales.
En el mejor de los casos, pueden llegar a capturar y compartir información de forma incorrecta, con lo que la información sobre operaciones que llega a las oficinas corporativas, a los clientes, a los accionistas y a los reguladores presenta fallos. En el peor caso, estos anticuados sistemas pueden poner en riesgo la supervivencia del propio negocio, puesto que comprometen la seguridad de las tecnologías de información (IT).
Y lo que resulta aún más problemático, a medida que aumenta el uso de dispositivos en las plantas de fabricación, también lo hacen los posibles puntos de entrada para los hackers, malhechores que pueden poner en peligro no solo sus datos corporativos y de clientes, sino también sus procesos de producción, gracias a su capacidad de alterar de forma remota las especificaciones de los productos, de parar la producción o cosas peores.
Por suerte, cada vez más líderes del sector reconocen la capacidad de la Connected Enterprise para mejorar la seguridad. Un 25% de los directivos creen que las tecnologías de IoT de sus empresas mejorarán la seguridad de los sistemas y de la información empresarial, mientras que otro 69% no contempla efectos adversos.
Saben que la aplicación de protocolos estándar en Ethernet y en Internet, como EtherNet/IP (versión CIP) puede ayudarles a integrar de forma segura los datos de operaciones con el resto de la empresa.
Un primer paso habitual para ello es evaluar y documentar los problemas existentes con los dispositivos actuales y con la red de OT/IT y, a partir de aquí, aprovecharse de tecnologías más avanzadas para solucionarlos (p. ej., controles de última generación, sistemas de análisis de negocio, capacidad de cálculo en la nube).
En otras palabras, el riesgo para su empresa ya está aumentando. Y lo mejor que puede hacer al respecto es sacarle partido a las mejoras de rendimiento que ya están disponibles.
Mejor gestión de la seguridad
Las tecnologías de IoT digitalizan el concepto lean del “jidoka” —automatización con supervisión humana— ayudando a prevenir los fallos operativos y las lesiones, alertando al mismo tiempo a la directiva de los problemas o del aumento de la probabilidad de que aparezcan.
Los equipos autoconscientes pueden monitorizar su propio rendimiento (p. ej., vibraciones, consumo energético, variabilidad en los productos, parámetros de errores) y enviar una señal al equipo de mantenimiento antes de que se presenten problemas de seguridad, aparezca el riesgo de no cumplir los estándares o los propios activos puedan ponerse en peligro.
Además, en las redes preparadas para IoT, los operadores, conectados por móvil, pueden llevar con ellos sus interfaces hombre-máquina y hacer ajustes en tiempo real sobre el equipamiento gracias a sus aplicaciones remotas. Los terminales móviles también son eficaces para tareas de configuración y mantenimiento, permitiendo así que los empleados trabajen a distancia segura de los equipos.
Las inversiones en IoT se ven compensadas con creces con la reducción de los costes operativos que consiguen (p. ej, menores primas en seguros, menor compensación a trabajadores lesionados y costes de mantenimiento reducidos) y con la mayor duración del equipamiento dentro de la planta.
Pero es que fuera de ella pueden ser incluso más beneficiosas, puesto que la inteligencia incorporada en los productos y en los paquetes permiten que los clientes hagan seguimiento de los envíos y utilicen los productos sin demora. Además, dicha inteligencia minimiza la posibilidad de recibir productos falsos, mejora la seguridad de los clientes, reduce las devoluciones y los costes de garantía y, además, ofrece un valor añadido.
Las bases de una Connected Enterprise son la seguridad y la protección. ¿No es hora de apostar por el IoT?
Publicado 24 de julio de 2017