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“Hola, Shelby. Pide bombillas. Y pizza”.
Gracias al software de reconocimiento de voz, a los pedidos con un solo clic y al Internet de las cosas (IoT), se espera que la monitorización del hogar y la gestión de la vida personal sean mucho más fáciles,
expectativas que pueden trasladarse sin problemas a la planta de fabricación. En esencia, los procesos son los mismos, aunque la complejidad inherente a los procesos de fabricación –líneas de producción y ubicaciones diferentes, sistemas y redes heterogéneos– provoca que la inversión necesaria para sacar todo el partido posible al Internet de las cosas industrial (IIoT) sea mucho mayor y costosa.
¿Cuándo ha llegado el momento de conectarse?
Las empresas que dependen de la cambiante demanda de los consumidores, como las que se dedican a la industria de alimentación y bebidas, pronto no tendrán opción: la conectividad será esencial para que sigan siendo competitivas.
Y, para mejorar la productividad y la eficiencia, algunas de ellas tienen un largo camino que recorrer.
El año pasado visité más de una planta de alimentación y bebidas que todavía registraba los datos con lápiz y papel. Un proceso con el que su personal se sentía cómodo. Hacen falta más que promesas para que estas compañías se conviertan en empresas conectadas y abandonen las hojas de cálculo.
Y esa es la razón de que el ejemplo del hogar sea tan pertinente: es fácil observar que un hogar conectado ahorra tiempo y valor y que incluso puede conectar mejor a las personas. Del mismo modo, una empresa conectada utiliza datos más útiles, que su personal puede utilizar para tomar mejores decisiones.
La productividad del personal es obligatoria
“Hola Shelby, ¿cuántas mezcladoras están operativas?”
Detrás de la respuesta del sistema, existe un software que forma parte de la fabricación inteligente dirigida por la información y que ofrece la oportunidad de entender mejor las operaciones. De este modo, se mejora la colaboración en tiempo real, se optimizan constantemente los procesos y la empresa mantiene su impulso.
Gracias a las tecnologías inalámbricas y de movilidad, usted podría capturar datos, acceder a ellos desde cualquier lugar y compartirlos de forma segura. Y ese acceso en tiempo real a datos contextualizados y relevantes respecto a su trabajo le permitiría conseguir una productividad sin fricciones.
La razón de su importancia es la siguiente: una app que aumentara la productividad en 33 segundos a la hora —en una planta con 2000 personas— podría mejorar los resultados anuales hasta en 1,4 millones de dólares. El tamaño del equipo no importa mucho, lo que verdaderamente importa es la velocidad a la que la gente que la utiliza puede mejorar la productividad. Y, en mucho casos, se trata de algo instantáneo.
Puede mezclar todos estos ingredientes y mejorar su producción en el trabajo, al igual que lo hace en su propia casa.
“Hola, Shelby. Pide mantenimiento para la mezcladora número dos. Y pide también helado, por favor”.
Publicado 30 de abril de 2018