En el panorama industrial en rápida evolución del sector de alimentos y bebidas, el impacto transformador de la digitalización se hace cada vez más evidente. Desde aumentar la productividad y la eficiencia hasta mejorar la agilidad, el rendimiento, la respuesta del cliente/mercado y la calidad, las ventajas de adoptar la tecnología moderna son innegables.
Y las ventajas de la digitalización son obvias a lo largo de todo el ciclo de vida de la tecnología. Desde la concepción y el diseño hasta la simulación, las pruebas, la fabricación, la operación, el mantenimiento y las actualizaciones, cada etapa se hace más rápida, eficiente y cercana a la perfección. La clave reside en aprovechar las herramientas y arquitecturas digitales que se alineen con la demanda y la dinámica del mercado específico.
Crecimiento de las proteínas
Uno de estos mercados en auge es el de la proteína animal que, según Expert Market Research, se prevé que crezca a una tasa de crecimiento anual del 4.10% entre 2023 y 2028. Para maximizar la rentabilidad frente a esta creciente demanda, las empresas deben modernizarse y acoger plenamente las capacidades de las arquitecturas digitalizadas; y este viaje comienza con una estrategia integral, teniendo en cuenta los estímulos internos y externos.
La industria de las proteínas, como muchas otras, se enfrenta a desafíos como la volatilidad de la cadena de suministro, el aumento de costos, la escasez de mano de obra, el aumento de la demanda de variaciones de productos y los estrictos reglamentos de sostenibilidad. Sin embargo, estos desafíos también son oportunidades de mejora. Rockwell Automation proporciona soluciones integrales durante todo el ciclo de vida de la tecnología, abordando el diseño, las pruebas, la producción y más allá.