Información general
La empresa metropolitana de abastecimiento y saneamiento de aguas de Sevilla, EMASESA, comenzó su actividad en 1974. Desde entonces, su objetivo es la explotación, el mantenimiento y la gestión de los recursos y servicios hídricos en todas las fases del ciclo integral del agua: desde la producción, adquisición, adjudicación, tratamiento y distribución de caudales; hasta la evacuación, vertido, saneamiento, depuración, eliminación y reciclaje de residuos líquidos y fangos.
Su área de actuación es la capital hispalense y las poblaciones de Camas, Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra, Mairena de Alcor, San Juan de Aznalfarache, Coria del Río, La Puebla del Río, Alcalá del Río, La Rinconada, El Garrobo y El Ronquillo. Además, con agua bruta sin tratar, abastece también a las 26 localidades situadas en el Aljarafe sevillano y a Guillena - Las Pajanosas. Asimismo, es responsable del servicio público de alcantarillado y depuración de muchos de estos municipios sevillanos.
Actualmente emplea a más de 750 personas, y gestiona 2 embalses de los 6 que forma el sistema de captación (639 hm3), 3 Centrales Hidroeléctricas (19.397 Mw/h), 1 ETAP (10 m3/s), 2 Sistemas Reguladores de Presiones, 35 Estaciones de bombeo, 28 Depósitos, 6 EDAR (494.220 m3/día), 24 EBAR, 37 EBAP y 3 Tanques de Tormenta. Asimismo, su Sistema de Gestión de la Calidad de EMASESA, conforme a la norma UNE-EN ISO 9001:2008, está certificado por AENOR desde el año 2004. En el alcance del Sistema de Gestión de la Calidad está el Mantenimiento de tecnologías de información y comunicación en el que está englobado el diseño y mantenimiento de los sistemas de control, desde campo hasta los SCADA (Supervisory Control And Data Acquisition).
Reto
EMASESA cuenta con un elevado número de instalaciones dispersas geográficamente sin personal permanente que las atienda, para lo cual dispone de sistemas PLC que controlan localmente esos procesos. La incorporación de nuevos municipios a su ámbito de actuación y el hecho de asumir competencias adicionales, como la gestión del saneamiento y depuración en otras localidades, motivó la construcción de nuevas instalaciones, así como la actualización de los cuadros de control y potencia de las infraestructuras existentes y obsoletas.
Esto requirió por parte de EMASESA una definición de la ingeniería de automatización que permitiese dar respuesta a esas demandas, sustentada en un nuevo modelo de gestión. A través de él se debía, en palabras de José Manuel Barrera Cuadra, jefe de la sección Desarrollo y Gestión de Sistemas de Control de la compañía, “simplificar, estandarizar y optimizar la ingeniería de automatización en las fases de diseño, ejecución e inicio de nuevos procesos, con el consiguiente ahorro de costes y la reducción de ‘no conformidades’ en la supervisión y puesta en marcha”, explica.
Además, se debía aportar continuidad en el servicio y reducción de los tiempos de indisponibilidad de procesos, mayor acceso a datos de los sistemas de información del SCADA, una homogeneización y racionalización de los repuestos y un aumento de la eficiencia de los medios humanos y técnicos frente a incidencias. Y en definitiva, continúa el responsable de la automatización, “tenía que ser más eficaz y flexible en la explotación de las instalaciones dotándolas de modos alternativos de funcionamiento en caso de averías o fallos parciales”.
El reto consistía en establecer un modelo de automatización que pudiese cumplir todos esos requerimientos de forma eficiente, para lo cual se decantaron por la periferia y lógica descentralizada en sistemas de control de Rockwell Automation.