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Los robots colaborativos es uno de los temas más tratados en la fabricación en la actualidad.
Esta emocionante tecnología se está aplicando en avances en tecnología de la seguridad, incluidos sensores, robots y controladores de celdas.
Está atrayendo a fabricantes, fabricantes de equipo original e integradores de sistemas con promesas de mayor productividad, confiabilidad y ahorro de costos.
Por ejemplo, el año pasado FANUC introdujo el primer robot con fuerza limitada: CR-35iA. El robot tiene una capa exterior blanda y una tecnología de detección sofisticada. Está diseñado para trabajar en colaboración con los seres humanos en diversas aplicaciones y puede brindar soporte en áreas tales como levantamiento de objetos pesados, ensamblaje mecánico, paletización y embalaje, y manejo de materiales.
Pero antes de que los fabricantes y los operadores industriales puedan aprovechar los beneficios de los robots colaborativos, primero deben comprender las implicaciones de seguridad y el impacto humano que tiene que empleados y robots trabajen juntos en la planta.
Estándares para una colaboración segura
En algunos casos, las aplicaciones de robótica colaborativa pueden reducir la necesidad de cercos de seguridad, lo que puede liberar espacio valioso en la planta y reducir costos en operadores. Al mismo tiempo, introducen nuevos riesgos de seguridad.
Las normas ANSI/RIA R15.06-2012 e ISO 10218 describen cuatro métodos aprobados para usar robots colaborativos en la planta:
- Detención monitoreada con clasificación de seguridad: los sensores de seguridad detectan la presencia de un ser humano y detienen al robot si un trabajador se acerca demasiado.
- Operación de guía manual: los operadores detienen al robot, ingresan a la célula de trabajo y luego controlan o reposicionan de forma manual al robot en función de la tarea que deban realizar.
- Monitoreo de velocidad y de separación: los operadores y los robots trabajan en el mismo espacio, aunque mantienen una distancia predeterminada entre ellos.
- Limitación de potencia y fuerza: en este método, si un robot entra accidentalmente en contacto con un ser humano, reduce su fuerza o par para que el ser humano no resulte herido.
La limitación de potencia y fuerza es un método emergente en el que el robot puede entrar en contacto con un ser humano durante su funcionamiento. La norma ISO/TS 15066 describe los hallazgos de un estudio sobre la tolerancia al dolor para ayudar a identificar cuánta fuerza o presión pueden soportar determinadas partes del cuerpo.
Un proceso de aprendizaje
Las aplicaciones de robots colaborativos están cambiando la forma en la que los seres humanos y la maquinaria interactúan, y representan un futuro emocionante en la fabricación.
Pero para implementar estos sistemas de manera eficiente y, lo que es más importante, de manera segura, los fabricantes y los operadores industriales necesitarán adoptar un nuevo conjunto de normas, herramientas y enfoques para analizar los riesgos.
Además, la aceptación de los empleados de una colaboración más estrecha entre los seres humanos y las máquinas requerirá una mayor diligencia por parte de los diseñadores e integradores de sistemas para garantizar la seguridad continua de todas las partes interesadas.
Obtenga más información sobre cómo puede cumplir con las normas de seguridad para reducir el riesgo de lesiones y mejorar la productividad.
Este blog contó con la colaboración de George Schuster, experto en seguridad funcional (FSExp) de TÜV, gerente de desarrollo comercial, Rockwell Automation.
Publicado 1 de agosto de 2016